Porqué menos es más: la importancia de restringir opciones para facilitar las elecciones

En un mundo lleno de opciones infinitas, desde qué café tomar por la mañana hasta qué película ver por la noche, a menudo nos encontramos con la paradoja de que tener más opciones no necesariamente nos hace más felices. De hecho, muchas veces, más opciones pueden resultar abrumadoras y dificultar nuestra capacidad de tomar decisiones. De allí que restringir las alternativas puede ser beneficioso tanto para los consumidores como para las empresas.

La parálisis de la elección

La psicología detrás de la elección nos dice que, aunque intuitivamente podríamos pensar que tener más opciones es siempre mejor, la realidad es más complicada. Cuando nos enfrentamos a una multitud de opciones, podemos experimentar lo que se conoce como «parálisis de la elección». Esto sucede cuando la abundancia de opciones nos lleva a sentirnos abrumados, lo que nos dificulta tomar una decisión y, en muchos casos, nos deja insatisfechos con el resultado final.

La carga cognitiva

Cada opción adicional que se nos presenta aumenta la carga cognitiva que enfrentamos al tomar una decisión. Tenemos que evaluar cada opción, sopesar los pros y los contras, y compararlas entre sí. Esto puede agotar nuestros recursos mentales y, en última instancia, llevarnos a tomar decisiones impulsivas o a no tomar ninguna decisión en absoluto. Esto no quiere decir que debamos elegir entre una sola opción, eso no sería una elección pues por definición debemos tener varias alternativas, pero también por definición, varias no significa muchas. Tal como lo plantea la Curva de Satisfacción Percibida, propuesta por Carlos Naranjo (Director de C3) en su tesis de grado de Economía Aplicada, llamada Las razones de la sinrazón: una aproximación evolucionista a la racionalidad limitada y las heurísticas en la Economía del Comportamiento.

Simplificar para satisfacer

Por otro lado, cuando las opciones están restringidas, el proceso de toma de decisiones se vuelve mucho más fácil. En lugar de tener que evaluar un sinfín de alternativas, podemos centrarnos en un conjunto más pequeño y tomar una decisión de manera más rápida y eficiente. Además, al tener menos opciones, es más probable que estemos satisfechos con nuestra elección, ya que no nos atormenta la idea de que podríamos haber elegido algo mejor.

El poder de la restricción

Las empresas han comenzado a darse cuenta del poder de restringir las opciones para facilitar la elección del consumidor. Estrategias como ofrecer menús más simplificados, líneas de productos más enfocadas y opciones predeterminadas han demostrado ser efectivas para aumentar la satisfacción del cliente y las ventas.

Ejemplos en la vida cotidiana

Un ejemplo claro de cómo menos opciones pueden ser beneficiosas es el éxito de las aplicaciones de citas como Tinder. En lugar de tener que navegar a través de perfiles interminables, los usuarios simplemente deslizan hacia la izquierda o hacia la derecha, basados en unos pocos datos, en los que luego puede profundizar, lo que simplifica enormemente el proceso de encontrar una pareja potencial.

Más es menos y menos es más cuando se trata de opciones. Al restringir las alternativas, podemos reducir la carga cognitiva, evitar la parálisis de la elección y aumentar la satisfacción del consumidor. Tanto para los consumidores como para las empresas, simplificar las opciones puede ser la clave para tomar decisiones más rápidas y más acertadas. Así que la próxima vez que te enfrentes a una multitud de opciones, recuerda que a veces, menos realmente es más.

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