Desentrañando la Importancia de las Ciencias del Comportamiento en el Mundo Moderno

En el vasto paisaje del conocimiento humano, las ciencias del comportamiento se alzan como faros iluminando los intrincados misterios de la mente y el comportamiento humano. Estas disciplinas que incluyen la psicología, la sociología, la antropología, la economía conductual y otras ramas afines, desempeñan un papel fundamental en la comprensión de cómo pensamos, sentimos y actuamos en el mundo que nos rodea. En este artículo, exploramos la importancia, cada vez mayor, de las ciencias del comportamiento en el mundo moderno y cómo están moldeando nuestro entendimiento de nosotros mismos y de la sociedad en su conjunto.

1. Iluminando la Complejidad Humana: Las ciencias del comportamiento nos proporcionan herramientas y marcos conceptuales para explorar la complejidad de la mente humana y el comportamiento social. Desde las teorías de la personalidad hasta el estudio de la toma de decisiones, estas disciplinas nos ayudan a comprender mejor cómo funcionamos como individuos y como miembros de la sociedad. Nos permiten explorar las motivaciones detrás de nuestras acciones, las influencias sociales que nos moldean y los patrones que emergen en nuestras interacciones con los demás.

2. Informando Políticas Públicas y Prácticas Empresariales: Las ciencias del comportamiento tienen importantes implicaciones en la formulación de políticas públicas y en la gestión empresarial. Los hallazgos de la economía del comportamiento, por ejemplo, han llevado a un mayor reconocimiento de cómo los factores psicológicos influyen en las decisiones económicas y han informado políticas diseñadas para promover el ahorro, la salud y el bienestar financiero. Del mismo modo, la psicología organizacional ha contribuido al diseño de entornos laborales más saludables y productivos, teniendo en cuenta aspectos como la motivación, el liderazgo y la satisfacción laboral.

3. Abordando Problemas Sociales y de Salud: Las ciencias del comportamiento desempeñan un papel crucial en la comprensión y abordaje de una amplia gama de problemas sociales y de salud. Desde el tratamiento de trastornos mentales hasta la promoción de comportamientos saludables, estas disciplinas ofrecen enfoques basados en la evidencia para abordar desafíos como la adicción, la obesidad, la violencia interpersonal y la desigualdad social. Al integrar conocimientos de psicología, sociología y salud pública, los expertos en ciencias del comportamiento pueden desarrollar intervenciones más efectivas y centradas en las necesidades de las comunidades.

4. Impulsando la Innovación y el Cambio Social: Las ciencias del comportamiento también juegan un papel vital en la promoción de la innovación y el cambio social. Al comprender las motivaciones y barreras para el cambio, los investigadores pueden desarrollar estrategias más efectivas para fomentar comportamientos proambientales, promover la igualdad de género y combatir el prejuicio y la discriminación. Además, la aplicación de principios de diseño centrado en el usuario basados en la psicología permite crear productos y servicios que satisfagan las necesidades y preferencias de las personas de manera más efectiva.

Sintetizando, las ciencias del comportamiento desempeñan un papel indispensable en la comprensión de la complejidad humana y en la búsqueda de soluciones a los desafíos que enfrentamos como individuos y como sociedad. Desde formar políticas públicas hasta impulsar la innovación y el cambio social, estas disciplinas continúan desempeñando un papel crucial en la mejora de nuestro mundo y en la búsqueda de un mayor entendimiento de nosotros mismos y de los demás.

Mercalab EAFIT, un laboratorio al servicio del Mercadeo

Estuvimos conversando en C3 – COLEGIO DE CIENCIAS DEL COMPORTAMIENTO con María José Gaviria, la Coordinadora del laboratorio de mercadeo de la Universidad Eafit. Pero ¿Qué hace un laboratorio de mercadeo? Muchas cosas realmente. Medir las percepciones de los consumidores es uno de sus principales propósitos.

A través de herramientas como el Eye tracker, el Face reader y la Manilla de Respuesta Galvánica se realizan pruebas que permiten rastrear la información implícita de los consumidores ante los estímulos que se les presentan y que detonan su atención, emoción, recordación y valoración. Un campo de acción que avanza de la mano de la tecnología y las neurociencias y al cual le seguimos la pista en C3.

Mercalab, Un laboratorio muy especial

Aunque suene particular, en el laboratorio Mercalab no existen microscopios, pipetas o tubos de ensayo, pero cuenta con tecnología de punta para hacer biomediciones que permiten conocer cómo es el proceso de toma de decisiones de los consumidores. María José Gaviria explica que Mercalab permite “ entender cómo siente y qué piensa y cuales son esas respuestas a esos estímulos o qué sucede en esa caja negra de la que habla en su momento Kotler en nuestros consumidores y porqué se toman las decisiones cómo se toman”

Y es que evaluar el proceso de toma de decisiones de los consumidores no es un asunto menor, de ello depende el éxito de cientos de miles de iniciativas mercadológicas que permitirán el crecimiento de las empresas que las implementan y en consecuencia, la generación de nuevos empleos directos e indirectos, tan escasos por estos días posteriores al confinamiento pandémico.

Herramientas para medir percepciones

A la hora de medir las percepciones de los clientes o consumidores, en Mercalab se cuenta con herramientas de última generación que pueden utilizar los estudiantes de la Universidad EAFIT pero también los emprendedores y las empresas que deseen hacerlo. Incluso el laboratorio de la U

niversidad cuenta con una Cámara de Gesell para el desarrollo de grupos focales.

Para medir el movimiento de la pupila del ojo humano en un plano bidimensional o tridimensional se utiliza el eye tracker fijo (2D) y el móvil (3D), este último funciona como unas gafas que la persona lleva a lugares abiertos como Centros Comerciales y Supermercados, y cuyo sensor va midiendo y registrando los puntos en los que se fija el ojo y el tiempo que tarda en cada uno.

Para medir las expresiones y microexpresiones faciales, se usa el Face Reader. Este aparato evalúa la activación de los distintos músculos del rostro de una persona y deduce las emociones asociadas a esta activación, como la alegría, la tristeza, la sorpresa, el miedo, el asco o la rabia. Tal como lo demuestran los estudios del psicólogo Paul Ekman sobre la universalidad de las expresión de las emociones faciales y que han dado lugar a películas o series de televisión como Inside Out y Lie to me.

También está la manilla de respuesta galvánica, que basa su funcionamiento en la conducción eléctrica de la piel y que es usada también en máquinas como el polígrafo, habitualmente conocido como el detector de mentiras. Esta máquina parte del principio de que la conducción eléctrica de la piel se altera con el estrés físico que genera, por ejemplo, una mentira. Obviamente las personas que participan de estos experimentos conocen sus fines y autorizan su ejecución bajo los acuerdos de confidencialidad y respeto por los participantes.

Salvar el planeta

¿Para qué otra cosa sirve un laboratorio de mercadeo? Para muchas más, por ejemplo para campañas de cultura ciudadana y cambios de comportamientos, como los que implica salvar el planeta de la catástrofe medioambiental que se cierne sobre nuestra especie, con ella todas las demás. Pero dejemos que sean María José y Carlos Andrés los que nos cuenten en detalle cada uno de esos aspectos, en el video a continuación:

¿Para qué las Ciencias del Comportamiento?

dreamy asian boy embracing yorkshire terrier on sports ground

Por: Carlos Andrés Naranjo Sierra*
Antes de adentrarnos en tan sesuda pregunta que titula este texto, considero conveniente resolver otra inquietud, que nos asalta a los psicólogos desde hace más de un siglo: ¿Debemos centrarnos en el estudio del comportamiento, o del pensamiento, o de las emociones? Y además, ¿estudiar la mente es lo mismo que estudiar el cerebro? Varios colegas han tratado de zanjar estas importantes cuestiones para darle un punto de partida al estudio del alma humana, la psique.

Pero la verdad es que la respuesta no es simple. El reconocido y famoso historiador israelí Yuval Nohal Harari dedica varios apartes en sus textos a hablar de la importancia de definir si hay algo en el concepto de mente que esté por fuera del concepto de cerebro. Si no es así, la psicología, la psiquiatría y la neurología tendrían el mismo objeto de estudio, es decir, el cerebro. Tampoco es fácil definir si somos lo que sentimos, lo que pensamos o lo que actuamos, más allá del principio integrador humanista de ser, pensar y actuar.

Entonces, ¿por qué enfocarnos en el actuar, es decir, en el comportamiento? La respuesta se inicia en que parece ser allí donde podemos establecer, al menos inicialmente, un diálogo más fluido entre diferentes campos del conocimiento. como la psicología, la economía, la inteligencia artificial, la etología y hasta las políticas públicas o la publicidad. Son los hechos y sus consecuencias lo que nos permiten establecer unos principios básicos sobre los cuales discutir y plantear hipótesis que integren el diálogo de saberes que llamamos Ciencias del Comportamiento.

¿Es este punto de vista, basado en el comportamiento, desde la mirada positivista, único y definitivo? Seguro que no:  en ciencia, por principio, no tenemos nada definitivo. Como nos lo recuerda el brillante filósofo y epistemólogo austriaco Karl Popper, en ciencia no hay verdades, solo verosimilitudes, es decir, teorías parecidas a la verdad que deben someterse constantemente a comprobación, o para ser más exactos, a falsación. Así que desde este puerto partimos los primates humanos a mitad del siglo XVIII, navegando con la idea de comprender el mundo en la nave de la razón.

Hoy la Ciencias del Comportamiento se han entrometido en casi todos los campos del saber animal y humano, si es que no son la misma cosa, para enseñarnos sobre nosotros mismos y nuestros hermanos evolutivos, los animales. A algunos suele molestarles esta comparación, y el lenguaje humano es claro en procurar trazar esa supuesta taxonomía que nos separa de la animalidad. Incluso las ciencias sociales en el siglo XX estuvieron fuertemente marcadas por el culturalismo, o lo que el psicólogo norteamericano Steven Pinker llama el Modelo Estándar de las Ciencias Sociales.

Lo cierto es que entre más adentro miramos, más coincidencias encontramos entre todas las especies vivas. Cosas tan simples como la idéntica metabolización de la glucosa -energía celular- en todas las especies vivas, incluyendo las plantas, no hace más que demostrarnos el origen común que tenemos todos los que habitamos ayer y hoy el planeta tierra. Este origen común nos conduce necesariamente a destinos comunes en los que conocer y reconocer nuestros comportamientos, más allá de juicios morales de buenos o malos, tiene mucho que aportarnos para un futuro que se asoma a la vuelta de la esquina.

*Director C3

El último abrazo, libro de Frans De Waal

La muerte de la matriarca que protagonizó varias de las historias contadas por el primatólogo Frans De Waal en sus anteriores libros, da origen a este reciente texto en el que relata los últimos días de esta chimpancé que lideró su colonia con templanza y afecto.

Mama fue por muchos años la matriarca de la colonia de chimpancés del zoológico Burgers, en Arnhem, Holanda, y sus comportamientos dieron origen a extensas reflexiones de etólogos y psicólogos evolucionistas que se recopilan en El último abrazo.

La visita de Jan Van Hoof a Mama en su lecho de muerte y lo que parece ser la sonrisa de ella al reconocerlo, dio la vuelta al mundo y nos enseña que aún nos falta mucho por aprender de nuestros parientes cercanos. El video a continuación: